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lunes, 27 de febrero de 2017

La noche

La dulce luz de la Luna, casi llena, bañaba la inmensa explanada de pequeños jardines oscuros, los cubría con delicadeza, dejando algunas sombras. Desde mi habitación apenas se veían los reflejos de una tele, en la casa de enfrente... Mirando hacia otros sitios se veían algunas luces de unas casas, otras casas estaban a oscuras. Levanté la mirada y al fin la vi, tan espléndida como siempre, más brillante que nunca, acompañada por unas pocas estrellas, la preciosa Luna. Se escuchaba un coro de grillos que cantaban casi al unísono... Podría haber pasado la noche contemplando la escena. Y cada vez que movía la mirada apreciaba nuevos detalles. Como unas nubes que aparecían un poco más lejos, o como se dibujaban las hojas en las plantas de los jardines.

Aquella melodía...

Aquella melodía sonaba en mi cabeza una y otra vez... ¿Dónde la habría escuchado? Intentando recordar y dejando libres mis pensamientos miré hacia afuera distraída. La tenue luz que quedaba dibujaba los contornos de los edificios y las casas. La lluvia caía como un suave manto cubriéndolo todo. Entonces recordé.

Todo empezó un día tan lluvioso como aquel, en un pequeño pueblecito de la sierra. Paseamos durante largo rato bajo el paraguas. Hasta que encontramos la cabaña que habíamos alquilado, a las afueras del pueblo. Como hacía frío encendimos la chimenea, creando una atmósfera acogedora. Nos sentamos en el sofá, justo en frente de la chimenea, y nos quedamos en silencio. Aquellos profundos ojos me miraban. Durante un momento quedamos como estatuas, sin decir nada, sin hacer nada. Sin darme cuenta le estaba sonriendo y él me devolvió la sonrisa cálidamente. Él se acercó y nuestras caras quedaron a milímetros la una de la otra. Nos fundimos en un largo y dulce beso que llevaba deseando todo el día.

Es curioso cómo una simple canción trajo a mi cabeza todos esos recuerdos. Era curioso cómo podía recordar aquel día con tanto detalle. Y esos detalles son los que siempre me quedaré, los que me acompañarán siempre.

Llovizna

La suave llovizna se escuchaba fina como si se deslizara hacia el suelo en vez de caer. El balancín me mecía dulcemente. El cielo estaba teñido de naranja, cubierto con las nubes del desierto. La tenue luz que apenas existía casi no me permitía percibir las formas de las plantas del jardín... La brisa me acariciaba con la ayuda de mis largos cabellos mientras yo contemplaba algún punto lejano... Lejano y profundo en la oscuridad de la noche... La tele del salón susurraba a modo de canción de cuna. Ni sé qué estaban echando, ni en qué canal estaba... No me importaba... Recuerdo el aroma de las flores como un perfume fresco, de esos que siempre son agradables... El agua seguía brotando de las nubes, pero apenas se notaba; yo no me mojaba, porque el balancín estaba en el rincón cubierto... Era agradable, y más después de haber pasado un día sin separarme de los ventiladores...

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Just another stupid reflection about the stupid hating culture...

El problema es que confundimos la actitud y conducta del individuo con la generación de todo un sistema... Existen PERSONAS heterosexuales que no hacen bromas ni tratan mal a las PERSONAS LGBT, pero el COLECTIVO SOCIAL HETEROSEXUAL oprime derechos del COLECTIVO LGBT, un ejemplo es el hecho de que en X Países o Estados, y culturas, aún se pongan en duda temas como que la pareja homosexual no es una familia, etc. Existen (pocas) PERSONAS homosexuales que hacen bromas y tratan mal a las PERSONAS heterosexuales, pero el COLECTIVO LGBT no oprime los derechos de los heterosexuales, de hecho, son muy pocos los que lo hacen y parten del odio hacia el colectivo LGBT, algo que, en mi opinión, es contradictorio con la lucha por la libertad, pues el odio y los extremismos sólo generan más odio.

Con el tema de la liberación de la mujer es básicamente lo mismo... Existen mujeres que tratan mal a los hombres, pero no existe sistema de opresión de derechos hacia el hombre. Igualmente hay hombres que no tratan mal a las mujeres, pero existe un SISTEMA, el verdadero objetivo del feminismo, que coarta las libertades de las mujeres... Se han conseguido avances importantes como la educación en igualdad y que las mujeres ya no seamos consideradas únicamente amas de casa, etc. Pero aún queda camino. Curiosamente el hombre también sufre las consecuencias de la opresión a la mujer... Sólo que algunxs consideran que es opresión hacia el hombre... ¿POR QUÉ UN HOMBRE NO PUEDE LLORAR? ¿POR QUÉ UNA MUJER NO PUEDE DISFRUTAR EL MUNDO DEL MOTOR? Contra eso, y no contra la existencia de hombres, es contra lo que se lucha... A pesar de ciertos sectores que parecieran sabotear la lucha fomentando el odio por odio...

Por último, y NO MENOS IMPORTANTE, no podemos olvidar que antes que bisexual, pansexual, homosexual o heterosexual, antes que cis o trans, que mujer u hombre, que de izquierdas o de derechas, que republicanx o monárquicx, etc., antes de cualquier tipo de clasificación que nos defina como miembros de X grupo o de Y, antes que nada, somos PERSONAS y nos toca vivir unas con otras y colaborar para seguir adelante hacia un mundo más justo, con justicia real y no sólo justicia legal, y que dicha justicia legal apoye a la real.

lunes, 9 de mayo de 2016

Un día gris

Apenas podía estudiar. El tema no ayudaba, pero aunque fuera lo más interesante del mundo y contado de la mejor de las maneras no me iba a poder centrar… No entendía qué me pasaba… No me encontraba bien. Tenía ganas de llorar y a la vez sentía la ira quemándome por dentro. Sentía ganas de estallar, y de llevarme ciertas cosas por delante… Absorta en mis pensamientos y harta de perderme en los apuntes hasta que carecían de sentido para mí, me acerqué a la ventana. Un día gris. Esta ocasión, un amargo día gris…

El cielo estaba completamente cubierto por ese manto de nubes que anuncia tormenta… Me quedé observando un rato y puse música para evadirme de mis propios demonios. Algo instrumental, Lindsay Stirling era perfecta para esa situación. Entonces empezó a llover… El sonido de la lluvia se mezclaba con el piano y con la suave melodía que Lindsay creaba con su violín. Todo en armonía. Todo menos yo…

Estuve un buen rato embobada, contemplando las gotas bajar hasta la tierra. Estuve tentada a abrir la ventana y oler esa tierra y las tejas mojadas, ese aroma tan característico de la lluvia que siempre me cautiva. Quería bajar al jardín a mojarme mientras olía aquella lluvia, mirando al cielo y dando vueltas sobre mí misma, sentir el agua fría sobre mi piel… Quería sentir la lluvia… Pero me quedé allí, sentada frente a la ventana mientras mis demonios volvían junto a mí… Entonces me derrumbé una vez más… Una más, la última… Siempre me hacía la misma promesa, pero las promesas están para romperlas…

Es curioso como lo dulce y lo amargo están tan cerca y a la vez tan lejos… Aquella misma situación, en otro momento, me habría fascinado. El perfecto enlace entre los acordes del violín y los del piano con el sonido de la lluvia. La sencillez de la melodía y la maestría de la interpretación… La tenue iluminación de mi habitación. Esa soledad que en tantas ocasiones me ayudó a relajarme… Los aromas y el frescor al abrir la ventana… Todos esos pequeños detalles que adoro percibir en armonía, que ahora no eran más que lágrimas que se acumulaban… Era… Un día gris… Pero en esta ocasión, era un amargo día gris…


Lloré, grité, escribí, taché, rompí cosas, intenté tocar algo con mi guitarra, maldije… Y al final, volví al principio. Todo seguía igual… Todo sigue igual. Y aquel, fue solo un día gris, solo un amargo día gris.

viernes, 11 de marzo de 2016

¿Semáforos con falda en Valencia? ¿Cambiar "homenaje" por "mujeraje"?

¿Semáforos con falda en Valencia? ¿Cambiar "homenaje" por "mujeraje"? 

Definitivamente la humanidad y su estupidez están conduciendo la sociedad a la locura... Lo primero es más sexista que lo que pretende eliminar, pues parte del supuesto de que las mujeres solo visten faldas o vestidos y que no se pueden ver representadas por el monigote de toda la vida... Y lo segundo es la chorrada más grande que he leído en mi vida. ¿Qué será lo siguiente? ¿Que los humanos no seamos humanos y se inventen una palabra que no lleve "homo" como raíz latina porque eso significa hombre y "discrimina" a la mujer? Aquí lo sexista, como he dicho, es pensar que esas dos cosas discriminan a la mujer. 

El monigote del semáforo no es un hombre ni una mujer, ni un adulto ni un niño. No es más que una representación con forma medianamente humana (brazos, piernas, cabeza, posición de una persona de pie) que indica que la luz roja o verde de ese semáforo regula el paso de peatones. Ni siquiera tiene pelo, ¿ahora qué van a decir?, ¿que solo los hombres calvos y de altura "estándar" están representados? Además, fomenta la idea de que somos diferentes y no podemos ser representados por la misma figura. 

Volviendo al tema del lenguaje, muchas palabras no tienen "sexo" definido, que vayan con un artículo clasificado como de género masculino o femenino porque nuestra lengua sea así no quiere decir que sea lenguaje sexista. Lo que es machista o sexista es entender que la palabra "homenaje", por coger el ejemplo que me ha llevado a escribir, es masculina o tiene connotaciones de discriminación sólo porque vaya acompañada del artículo "el" o porque en su raíz se encuentre la palabra "hombre".

Queda aclarar, ya que pareciera que los he usado como sinónimos, que machista y sexista no es lo mismo. Sexista es defender que existen diferencias significativas entre hombre y mujer más allá de lo estrictamente biológico. Machista es la idea de que la mujer es por tanto inferior. Y por supuesto, ambos términos hacen referencia al error societal de asociar ciertos roles o estereotipos a un sexo o al otro. 

Es bueno que se eliminen los estereotipos y las generalizaciones y que la sociedad sea más respetuosa e igualitaria. Que mujeres y hombres sean iguales ante las oportunidades y ante las leyes y demás. Pero no podemos ir por ahí tachando de machista o de sexista todo aquello que nos llame la atención como marca de diferencia. Precisamente porque puede no ser marca de diferencia y así es como transmitimos y fomentamos ese pensamiento de la diferencia y el sexismo, favoreciendo posiciones machistas o falso feminismo. El feminismo, por paradójico que suene, no es la defensa de la superioridad femenina, como sería lógico deducir a partir de la definición de machismo. El feminismo es la lucha, en un principio femenina, por la igualdad de géneros. Se denomina así porque parte históricamente de la situación de inferioridad femenina y busca la igualdad con el hombre.

Así que sinceramente creo que antes de tachar algunas cosas de machistas deberíamos pensarlas bien y ver cómo son realmente, por qué esas cosas son así y por qué funcionan así. 

viernes, 1 de enero de 2016

Noche de amargos recuerdos

No hubo buenas noches aquella noche. Ni siquiera tu mensaje avisándome de nuestra hora me animó. Había discutido con él; no era la persona más importante de mi vida pero si le amaba. Quizá no de la misma forma que a ti, jamás amaré a alguien como a ti, pero le quería... Me había dado un verano maravilloso, todo mentira, pero una mentira muy dulce. Luego las tornas habían cambiado según él, pero yo no era capaz de  perdonar su traición. 

Él, ofendido por mi amor hacia ti, ofuscado e impotente, se mostró herido, no lo entendía y no lo entenderá. Lo tuyo es diferente. Pero mi herida era mayor. Así había empezado la discusión. Me exigía algo que yo no podía ofrecerle sin más, hay cosas en esta vida que uno tiene que ganarse. Y tras la discusión quedaron en mi mente los recuerdos, tiznados de amargura. Por eso no hubo  buenas noches,  no podían serlo.


Subí a mi habitación con lágrimas en los ojos. Era tarde para tocar pero cogí la guitarra casi por instinto. Cuando mis dedos acariciaban las cuerdas todo parecía lejano y me sentía segura. La dejé y pensé otra forma de relajarme. Pasó por mi cabeza coger el coche. La carretera también me ayudaba a olvidarme de todo lo demás por un rato, sola con ella y algo de rock. Pero no podía salir o despertaría a los demás. Eso sólo me dejaba una opción... Empecé a escribir y cuando las lágrimas volvieron a caer decidí lavarme la cara y beber algo para leer lo que otros hubieran escrito.


Y así, entre palabras e historias perdida, caí en brazos de Morfeo, aunque esa noche no hubo buenas noches.